Actualmente es muy común ver como cientos de jóvenes van a un tattoo studio a realizarse un tatuaje. Llenan sus brazos y sus trozos de todo tipo de costosos diseños. Está claro que hay una cultura urbana que ha ayudado a que los tatuajes alcanzaran el auge publicitario que tiene hoy. Cabe recordar que hasta hace un par de décadas tener un tatuaje era algo pagano, un tabú de la sociedad que ya se ha borrado casi por completo. Yo diría que el 80% de la población primer nudista esta tatuada, ni que hablar de los países latinoamericanos, donde todo lo que venga del primer mundo es bien aceptado.
Es curioso lo que ha pasado con los tatuajes a lo largo de la historia pues no son algo nuevo. En la antigüedad diferentes culturas tatuaban a sus habitantes para identificarlos. Esto pasaba en todo el mundo, desde Asia hasta América pasando por Europa y todos los demás continentes. Entonces apareció un organismo que marcaría la historia de las culturas en todo el mundo, especialmente en la americana y africana, que eran aparentemente los más dóciles. La iglesia se encargó de borrar gran parte de la cultura nativa de estos continentes durante los periodos de la inquisición y no lo hicieron de la mejor manera. Para el siglo XV ya la mayoría de las tribus de dichos continentes estaba minimizada un 90%, solo quedaban europeos y mestizos en un continente que ya se le podía llamar cristiano, tierra de dios.
La cristianización continúo y ya para el siglo XX eran la religión con más creyentes en todo el mundo. Las antiguas tradiciones se perdieron y con ellas los tatuajes, pues aunque no dijeron nada de parte de la iglesia, la gente entendía que estaba mal pues formaban parte de una cultura y religión pagana. Por eso cuando comenzaron a surgir los tatuajes que todos conocemos hoy en día, las madres y los padres de familia se horrorizaban al ver a sus hijos marcados con esas técnicas herejes. Había que entender que la sociedad era muy dócil e ignorante hasta entonces, por eso hacían caso a todo lo que decía el cura en el sermón, muchos de ellos también ignorantes y alertaban a las familias de que sus hijos no marcaran sus pieles.
Además, tenían un arma para argumentar sobre el tema: la Biblia. Los sacerdotes sacaban citas bíblicas a diestra y siniestra para justificar sus críticas hacia algo tan simple como un tatuaje. Recuerdo que en la iglesia donde mis padres me obligaban a ir el padre repetía mucho una cita de apocalipsis sobre los marcados por Satanás. Pero es un claro ejemplo de la influencia de la iglesia en la sociedad.
Sin embargo hubo una revolución juvenil en el siglo XXI. Pero a diferencia de otras revoluciones juveniles donde ha habido sangre, esta se desarrolló en un campo más importante: en la mentalidad de las personas. Toda la rebeldía de los jóvenes impulsó nuevas culturas que revivieron viejas formas de pensar y crearon nuevas. Ahora estamos en una transición hacia una sociedad más consiente gracias a la juventud. Un claro ejemplo de que los jóvenes somos los que realmente dirigimos el mundo.
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